Geográficamente, al hablar de una cuenca hidrográfica, nos referimos a toda área de
terreno que contribuye, con su flujo de agua, a la existencia de un río o quebrada. Aunque su nombre también podría referirse a ese pedazo de tierra, en forma de olla, de donde provienen las aguas de un río, quebrada, un lago o laguna; un humedal, un estuario, embalse, acuífero, manantial o pantano.
Las cuencas hidrográficas son, además, ese recipiente de la naturaleza en el que las nubes vierten el agua evaporada transformada en lluvia. Ayudando, así, a que este recurso natural vuelva al mar, a la atmósfera o que se almacena temporalmente en los suelos y acuíferos del terreno.
El agua que se evapora regresa a la atmósfera; la que se infiltra, se mueve por gravedad subterránea hasta llegar al océano o algún cuerpo más grande de agua y la que corre por la superficie encuentra reposo al desembocar en, por ejemplo, un río, al menos así lo explica el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. En otras palabras, las cuencas son agentes importantes en el ciclo del agua.
Ese es el caso de una de las cuencas más importantes que posee el Ecuador: la cuenca del río Daule, cuya extensión es de 13 mil kilómetros cuadrados. Atraviesa ciudades como El Carmen, Santo Domingo de los Tsáchilas, Buena Fe, Quevedo, Pichincha, Balzar, Colimes, Palestina, Daule, Nobol, Samborondón y Durán.
De esta mencionada vasija natural de agua, más de 4 millones de habitantes (alrededor del 28% de la población nacional) reciben su agua potable, cifra que es traducible 28 municipios en los que también se incluye la ciudad de Guayaquil, de acuerdo a estadísticas del Fondo de Agua para la conservación de la cuenca del Daule (Fondagua).
Esta zona representa un importante espacio productivo para productos de exportación como banano, café, cacao, balsa y camarón, como también para productos de consumo interno: arroz, maíz o ganado.
Los beneficios de este espacio son finitos pero cuantiosos, debido a su biodiversidad, la generación hidroeléctrica, la pesca para consumo interno, el transporte, sus espacios de recreación y aporte directo del 29% del PIB (Producto Interior Bruto) del Ecuador. Es decir, la cuenca del río Daule aporta con más de ¼ de todos los bienes y servicios finales que se producen en el país permitiendo su desarrollo económico.
Las plantas y árboles que suelen rodear a las cuencas hidrográficas contribuyen al mantenimiento de su buen estado. Además de aportar otros beneficios como: la creación de una capa vegetal que suaviza el impacto del agua de lluvia al caer, el aumento de la infiltración y la evaporación del agua en su ciclo natural, la purificación del agua filtrada en el suelo y la reducción de la erosión de este último. Las rocas y los árboles caídos en el cauce del río, desaceleran la velocidad del agua y ayudan a retener los sedimentos y disminuyen la sedimentación.
Sin embargo, la biodiversidad de la cuenca del río Daule es uno de sus factores más amenazados hoy por hoy.
“La seguridad hídrica es un reto monumental que no puede ser enfrentado por una sola persona o institución”, manifestó, el pasado junio al diario local El Universo, el secretario técnico del Fondagua, Giovanni Ginatta. Institución que, desde el 2015, ha implementado un Plan de Conservación de la cuenca del río Daule y enfrenta sus principales desafíos que son la contaminación y la sedimentación, producida por las deficiencias en el manejo de aguas servidas de las poblaciones asentadas en la cuenca.
Las malas prácticas agrícolas y ganaderas son otros factores de amenaza, a los cuales se suma la sedimentación ocasionada por la deforestación y la eliminación de vegetación ribereña. En la actualidad varias instituciones están desarrollando una serie de acciones para la preservación y educación ambiental en la zona.
¿Cómo conservar la cuenca hidrográfica del río Daule?
Una de las acciones que instituciones como el Municipio de Guayaquil, el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN) y la Universidad Casa Grande, todas miembros del Proyecto La Fuente recomiendan, es fomentar el cambio de hábitos. Erradicar el mal manejo del suelo, el abuso de pesticidas y el uso indiscriminado de químicos. Otros, podrían ser:
- Identificar los sitios críticos y de gran importancia ecosistémica para la conservación de los bosques, fuentes de agua y zonas de restauración forestal en la cuenca.
- Capacitaciones en agroecología, medidas de restauración y emprendimientos sostenibles.
- La implementación de fincas agroecológicas.
- Capacitar a los líderes municipales respecto al adecuado tratamiento de aguas servidas, dotándolos, además, de recursos para hacerlo.
- No contaminar los ríos con desperdicios químicos ni caseros.
- Mantener los márgenes de los ríos y quebradas que se originan en esta cuenca forestadas, al menos, diez metros a cada lado.
- Evitar la erosión de la cuenca del río Daule.
- Evitar la sedimentación.
- Y como acciones más inmediatas y sencillas, para realizar desde casa: ahorrar y tener un uso responsable y consciente del agua potable.
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Referencias: El Universo. (6 de julio de 2021). Más de 4.000 personas de Guayas y Manabí serán beneficiadas en proyecto La Fuente, que busca preservar la cuenca del río Daule. Recuperado el 15 de agosto de 2021 de https://www.eluniverso.com/guayaquil/comunidad/mas-de-4000-personas-de-guayas-y-manabi-seran-beneficiadas-en-proyecto-la-fuente-que-busca-preservar-la-cuenca-del-rio-daule-nota/